El presidente Macri ha "habilitado" al Parlamento a tratar la legalización del filicidio en
Argentina.
Macri dice que él no está acuerdo con el
aborto y ganó las elecciones diciendo que estaba a favor de la vida desde la
concepción y en contra del aborto.
De hecho, su estratega ecuatoriano Jaime
Durán Barba, ni bien ganaron dijo que
"pensaban" legalizar el aborto y basó toda su campaña en exhibirlo
junto a Antonia, la pequeña que Macri tuvo con Juliana Awada, su tercera
esposa.
Recientemente Macri ha declarado a la prensa
que si el Congreso llegara a aprobar la legalización del filicidio el no
ejercería la facultad constitucional de vetar la norma que habilitaría o legalizaría
que los padres, especialmente las madres, puedan matar a sus hijos de modo gratuito
y exigible en todo el sistema de salud.
En Argentina según el censo del Ministerio de
Salud, mueren 43 mujeres por año por causa de abortos entre provocados y
espontáneos y más de 500 por desnutrición.
Por enfermedades cardiovasculares mueren más
de 10 mil mujeres por año.
El tratamiento que Macri le ha encomendado al Congreso es
de imposible cumplimiento en tanto la Constitución Nacional, en su art. 75 inc.
22 incorpora la Convención de los Derechos del Niño, tratado aprobado con las reservas de la Ley 23.849 del
27/9/90 que establece el derecho intrínseco a la vida y a su protección por el
Estado desde su inicio en la concepción.
El propio art. 75 inc. 22 de la Constitución
establece que para sancionar algo contrario a estos principios la Argentina
debería denunciar antes la Convención de los Derechos del Niño, para lo cual
necesita la aprobación de los 2/3 de ambas Cámaras.
¿No conocen Macri ni los legisladores la
Constitución de su país?
No, el tema es más complejo.
El filicidio se ha legalizado en México, Colombia,
Uruguay, Chile y ahora en Bolivia.
Todos de modo reciente.
En Bolivia, no ocultan nada, se puede matar
al hijo "por pobreza".
Una mujer puede presentarse en un hospital y
pedir que maten a su hijo si ya tiene 2 y está en situación de pobreza.
La idea de este plan no es terminar con la pobreza sino
evitar que los pobres se reproduzcan.
Argentina, un país con el 33% de la población en
situación de pobreza, viviendo de la limosna que les da el Estado
mediante el aporte de los que producen, no tiene viabilidad si la renta
agropecuaria, como en el siglo XIX, no alcanza para que todos puedan vivir
dignamente, los que tienen trabajo y los que no.
Esta es básicamente la receta del Banco
Mundial y se ha elegido a la
izquierda para hacer de locomotora social de la idea.
Así vemos que Clarín, ligado a George Soros y
Goldman Sachs, dónde el genocida Henry Kissinger es columnista encabeza el
tándem del proyecto de lavado cerebral colectivo apoyado por La Nación, Infobae
y Página 12.
Por un artículo a favor de la vida estos medios ponen 5 a
favor del filicidio y encima mienten en las cifras y ocultan a sus mandantes.
Para desarmar moralmente a los que se oponen,
ante la flojedad de sus pastores les refriegan que lo mismo pasó con el
divorcio y después con el "matrimonio igualitario"
Lo que no les dicen es que hoy la mitad de
las uniones son sin vínculo matrimonial lo
que ha precarizado la familia y desprotegido a los hijos, aumentando
exponencialmente la violencia intrafamiliar.
Y respecto, del "matrimonio
igualitario" -profundamente desigualitario- al impedir a los niños que
deben vivir en esos artificios tener padre y madre, se asocian a la alta tasa de inestabilidad en el vínculo y a la
proliferación de enfermedades de transmisión sexual -VIH- entre otros que han
colocado a la Argentina a la cabeza en la región
¿Seguirá Macri impulsando una ley para matar niños en
lugar de hacer una economía y una sociedad que con educación, salud, trabajo y
seguridad contenga a todos?
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