"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 17 de enero de 2013

Tucumán y Lizondo Borda


Gloria de la Intelectualidad Tucumana

En estos tiempos de continuas aflicciones y fracasos, de personajes de los que no se saben si venden drogas o si sólo la consumen, de una farándula pornográfica  encaramada en los primeros planos de la atención pública, de periodistas asesinados sin que la policía pueda descubrir por qué ni por quién, resulta gratificante volver la atención hacia límpidos valores de la historia tucumana.
Por eso propongo un homenaje a Don Manuel Lizondo Borda, gloria de la intelectualidad tucumana, nacido  el 18 de febrero en el año 1889.

Tuvo la suerte de vivir en un medio ilustre, de cursar un colegio nacional en el que lo contó a don Ricardo Jaimes Freyre como profesor de literatura y como inspirados de sus juveniles escarceos poéticos., y de estudiar abogacía en Buenos Aires mientras al mismo tiempo trabajaba en la biblioteca nacional a las órdenes de otro gran intelectual, Paul Grussac.

Siendo joven, maduró.
Groussac le serviría de estímulo para adentrarse en las investigaciones históricas, pero no de rodrigón para que siguiera sus criterios.
Abrevó en Benedetto Croce  la filosofía de la práctica y la lógica como ciencia del conocimiento puro y se lanzó a la vida de un Tucumán en el que él presidió su biblioteca Sarmiento, participó del grupo que creó la Universidad, lo recibió a Ortega cuando en 1916 visitara nuestra ciudad, rindió homenaje a los restos de Joaquín González, presentó a Joaquín Castellanos, Alfonsina Storni recitó sus poemas y, sobre todo, presidió al distinguido grupo al que se le encomendara la tarea de organizar nuestro archivo histórico.
Y esa sería la obra más perdurable de Lizondo y la que lo hará un conocido de todas las futuras generaciones de estudiosos de la historia: su recopilación de documentos históricos del viejo Tucumán, sus varias series de volúmenes de documentos coloniales que sacan a la luz un Tucumán lleno de vida, de problemas y de soluciones, de especiales motivo de aflicción, de sabias instituciones, de ínclitos varones que forjaron esa sociedad  de la que provenimos...
Ese Tucumán que tenía varios siglos de vida, de intensa vida, cuando Belgrano triunfara en el Campo de las Carreras, hecho que a muchos les parecería un primer asomo de Tucumán al protagonismo de la historia.

Y no sólo volúmenes de recopilaciones de documentos sino su análisis.
El Tucumán indígena y el aporte al estudio de sus lenguas; el descubrimiento, la gobernación, la provincia y sus pueblos, el derecho patrio; los personajes que por aquí pasaron como San Martín y Belgrano y los que aquí nacieron, como Juan Bautista Alberdi y Crisóstomo Álvarez y los que aquí trabajaron, como José Eusebio Colombres y Manuel García Morente.
Este maestro de la historia tucumana tiene el concepto de que "historiar es descubrir el sentido de los grandes ciclos humanos u conectar en ellos, comprensivamente, los acontecimientos singulares".
Tiene un concepto amplio, abarcador y lúcido porque no se limita a lo meramente tucumano sino que no olvida lo universal, como que temas de sus desvelos son Homero, Goethe, Croce, la pintura, la literatura, la polémica.

Al rendir homenaje a esta gloria criolla de la cultura tucumana, no estamos solos.

Antes que nosotros la Universidad le tributó el homenaje de un doctorado con el objeto de honrarlo, y la prestigiosa peña El Cardón le dedicó una semblanza de su obra que estuvo a cargo de Rodolfo Cerviño.

Ahora nosotros, acatemos el prestigio correspondiente a la inteligencia, el estudio, a las virtudes cívicas al honor

Dr. Jorge B. Lobo Aragón
jorgeloboaragon@hotmail.com
jorgeloboaragon@gmail.com

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